Es sencillo pensar de la Iglesia como algo que hacemos el domingo. Especialmente cuando la iglesia está a 20 minutos de la casa. Vamos y “tenemos iglesia,” y regresamos a casa y continua la vida. ¿Qué hacemos ahora, si la iglesia es en la casa? ¿Cómo hacemos la división entre Iglesia y Vida? ¿Son diferentes y deben ser separadas? ¿Es que acaso hemos perdido la visión de “vida en abundancia” por colocar a la Iglesia en un cajón de experiencia semanal?
Jesús dijo, “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará.” Lucas 9:23-24
Me parece que el pasaje nos describe a nosotros como peregrinos en este mundo y como el Señor nos ha provisto a la Iglesia para que no caminemos solos. Aún en algunos casos extremos de aislamiento es evidente la consolación que existe en la presencia de Cristo y las oraciones de la Iglesia, que intercede pidiendo gracia y fuerza. Tenemos una comunidad de fe, una familia donde Cristo es el Pastor, a quién seguimos.
Hay tanto que descubrir en estos versos de Lucas 9. Pero, quiero recalcar las palabras “cada día.” El seguir a Cristo, no es algo de una vez por semana, sino un andar constante. Como creyentes tomamos pasos tras sus pasos, en forma natural. Bajo circunstancias normales, “antes del virus,” Podíamos tomar pasos tras Cristo en el trabajo, mientras manejamos, durante el almuerzo, en nuestras reuniones, al ir de compras, en el parque con los chicos y por supuesto en la casa. No estoy hablando necesariamente de darle de “bibliazos” al encontrarnos con gente, sino al ejercicio de vivir una vida en abundancia en Cristo. Si Cristo no cabe en nuestro diario vivir, entonces no estamos realmente viviendo.
Las circunstancias de estos días nos tienen a todos y realmente quiero decir “A TODOS” encerrados en casa y creo que es un buen momento para re-enfocarnos, re-calibrar nuestras vidas a las especificaciones originales de diseño, regresar a lo básico. “RESET.” Estar quietos, cayados, agradecidos y darnos cuenta de que El es Dios y que nosotros no lo somos. Dios ha permitido que esta crisis altere el diario vivir de todo el mundo y que literalmente nos haya “parado en seco,” es por la misma razón que nos manda o permite muchas otras cosas difíciles en nuestras vidas: Para llamarnos de regreso a comunión con Él.
La gente está diciendo que están aburridos o desesperados en casa, esto probablemente tiene que ver con el acelerado ritmo de vida que normalmente tenemos. Una vida llena de ruido y demandas que nos distraen, nos separan o nos hacen olvidar la vida en abundancia que podemos tener en Cristo. El regalo de la iglesia en casa nos ayuda a recordar que la forma en que nosotros los creyentes vivimos la vida es en comunión espiritual con Dios pero también con nuestros hermanos en la fe. Si pudiéramos usar este tiempo de paro forzado para re-descubrir el como ser Iglesia en la seguridad de nuestra casa, de repente podríamos ser re-calibrados para regresar después a la vida cotidiana y brillar para Cristo, empezar a encontrar creyentes en muchos lugares y tener experiencias de Iglesia a diario, tal y como probablemente era la idea inicial.
¿Cómo podemos re-calibrar? Bueno, yo creo que inicia con el pasar tiempo con Dios, en su Palabra y en acción de gracias. Hay tanto más que podría escribir acerca de tener tiempo personal con Dios. Pero, déjenme tomar enfoque en la experiencia de la Iglesia en Casa que básicamente significa que va a incluir a alguien mas, o primero Dios, a toda la familia. Para aquellos que viven solos, esta experiencia podría incluir a vecinos, que en estos días están siguiendo seriamente los lineamientos del gobierno y no causan ningún riesgo de contagio, si se juntan. Me imagino que debo mencionar la posibilidad de compañerismo en linea usando tecnología que permite comunicación cara a cara. Pero, quiero ser muy cuidadoso pues no creo que esta solución tecnológica debe, en ningún momento, ser usada en vez de compañerismo en-persona con gente que está en la casa a menos que exista historia de persecución severa o abuso.
El formato que quiero sugerir es el del “Devocional diario en familia.”
Este es un momento en el que la familia se reúne por un tiempo breve para leer la Palabra, compartir agradecimiento y orar por ayuda en las necesidades que conocen. Por lo regular toma 15 a 30 minutos, dependiendo de la edad de los niños, la paciencia de los padres, cantidad de agradecimiento y necesidades.
Nosotros hemos usado el devocional diario en familia por muchos años para leer, poco a poco, libros enteros de la Biblia.
Para poner las cosas en perspectiva quiero contarles un poco acerca de mi familia, con la esperanza de que Ud. descubra la forma en que pueda funcionar también en la suya. Mi esposa y yo tenemos tres varones y una hija. Uno de los varones está cursando el tercer año universitario y los otros dos están en secundaria. Mi hija mayor está terminando su maestría, ahora en linea y en casa por causa del virus.
Hace siete años estábamos atravesado una transición muy difícil y fue entonces que decidí iniciar un tiempo consistente de oración y devoción en familia que incluyera a los niños, que en ese tiempo se encontraban en la primaria, inicios de secundaria e inicios de universidad.
Nos ha llevado siete años de trabajo arduo el mantener esta simple rutina diaria en la casa. Conforme los chicos crecen hemos tenido que ser flexibles con sus compromisos extracurriculares y ellos han hecho un gran esfuerzo para seguir participando en los devocionales de familia, sabiendo que es un tiempo corto y significativo.
Nosotros iniciamos el devocional diario en familia a las 7pm, pues es a las siete que toda actividad de juego en pantalla termina en nuestra casa. Créanme, el definir esta linea con respecto al uso de tabletas, teléfonos, computadoras, TV y demás fue una declaración de guerra que duró años. Pero, el ser consistentes ha abierto espacio para muchas cosas incluyendo el tener tiempo con Dios como familia. Después de algunos años, los chicos negociaron el viernes y sábado como días sin devocional de familia. Aunque esta decisión fue muy difícil para mi, después de varias semanas de platicas y, argumentos y negociaciones llegamos al acuerdo y ahora veo que fue buena decisión. El balance nos ha funcionado bien.
Si, nosotros habíamos hecho devocionales antes con los chicos, pero un poco diferente. A veces al ponerlos a dormir y a veces por la mañana. Algunas veces todos juntos y muchas otras por separado pero ha sido la consistencia de los últimos siete años que nos ha ayudado a crear una rutina concreta que es fácil de seguir. Muchas veces he sido humillado por el fracaso, la inconsistencia y el pecado que en este intento de dirigir a mi familia a la presencia de Dios, me desanima. A mi familia no se le pasa nada! Y solo Dios sabe cuantas veces he sido tentado a darme por vencido. Este proceso ha sido sin duda una batalla espiritual y solo Dios merece la gloria por dejarnos continuar. Me alegra tanto que ahora es como una rutina el que todo pare en la casa cuando llega la hora del devocional de familia. Hay noches en que alguno de los chicos tiene partido en el colegio y no logran llegar al tiempo de devocional. Hay otras veces en que esperamos un rato para que uno de ellos termine su “juego en linea” y llegue para iniciar. Hay aún otras ocasiones en las que so yo el que me pierdo del devocional de familia por mi trabajo. En mi trabajo tengo muchas actividades y reuniones en las que podría participar en la noche, pero es mi privilegio hacer todo lo posible para no ausentarme mas de una vez a la semana del devocional de familia.
Los domingos por la noche tratamos de ser un poco creativos con el devocional de familia. Introducimos toda clase de ideas, juegos, adivinanzas, dramas, competencias y premios. Siempre manteniendo la parte central de la lectura bíblica y oración. Si les contara el tipo de cosas que hacemos y compartimos se reirían, pues algunas no son muy “eclesiásticas”… pero no se confundan….. nuestra reunión en casa sigue siendo La Iglesia y creo que Dios se sonríe con nosotros en medio de todo.
Les invito a orar y considerar el inicio de un tiempo de Devocional Diario en su iglesia en casa hoy y…. ya después aprender a integrar la Iglesia en todos los lugares donde se reúne con personas que son creyentes. Sea por trabajo, recreación o sin duda en momentos designados a la adoración. Solo involucra el saber sin duda que si son creyentes, su encuentro tiene el sello de IGLESIA y que en esa experiencia pueden animarse con la Palabra y acciones de gracias a Dios, quien todo lo da. No tiene que ser largo, solo real y consistente. Esto va a hacer de su caminar con Cristo mas …. abundante! Y la Iglesia sueguirá viva en el trabajo, en el parque, en el bus, en las tiendas y por supuesto, en la casa.
Porque El vive,
Giovanni
May the Lord bless you GIO.